Exhortan a tener sensibilidad y rigor en las intervenciones en edificios con valor patrimonial en Guadalajara
El arquitecto Francisco Gutiérrez reivindicó la vigencia del patrimonio con intervenciones en Casa Aranguren y Casa Rafael Urzúa
El rescate de inmuebles patrimoniales implica más que restaurar muros: requiere ética profesional, sensibilidad histórica y soluciones funcionales que permitan darles un nuevo sentido.
Bajo esa premisa, el arquitecto Francisco Gutiérrez, de COA Arquitectura, expuso el proceso de intervención en dos fincas emblemáticas de Guadalajara: la Casa Aranguren y la Casa Rafael Urzúa. En ambos casos, la rehabilitación dialoga con la inserción de nueva arquitectura.
La ponencia inauguró el ciclo Colaboraciones en el Patrimonio Cultural, organizado por la Secretaría de Cultura de Jalisco y Museos, Exposiciones y Galerías (MEG), con sede en el Tequila Lab, en Zapopan.
Bajo esa premisa, el arquitecto Francisco Gutiérrez, de COA Arquitectura, expuso el proceso de intervención en dos fincas emblemáticas de Guadalajara: la Casa Aranguren y la Casa Rafael Urzúa. En ambos casos, la rehabilitación dialoga con la inserción de nueva arquitectura.
La ponencia inauguró el ciclo Colaboraciones en el Patrimonio Cultural, organizado por la Secretaría de Cultura de Jalisco y Museos, Exposiciones y Galerías (MEG), con sede en el Tequila Lab, en Zapopan.
El encuentro fue presentado por Ximena López Nakashima, Directora de Patrimonio Cultural, y Violeta Ponce Sánchez y Ortega, Jefa de Conservación y Restauración de la dependencia estatal.
La velada marcó la reanudación de un espacio de reflexión detenido durante la pandemia, que ahora regresa para abrir nuevas discusiones sobre la conservación y el reuso de inmuebles con valor histórico.
La Secretaría de Cultura, encabezada por Gerardo Ascencio Rubio, busca con estas conferencias no sólo sensibilizar al público, sino también convocar a profesionales y estudiantes de arquitectura a repensar la relación entre la ciudad contemporánea y sus edificios patrimoniales.
La velada marcó la reanudación de un espacio de reflexión detenido durante la pandemia, que ahora regresa para abrir nuevas discusiones sobre la conservación y el reuso de inmuebles con valor histórico.
La Secretaría de Cultura, encabezada por Gerardo Ascencio Rubio, busca con estas conferencias no sólo sensibilizar al público, sino también convocar a profesionales y estudiantes de arquitectura a repensar la relación entre la ciudad contemporánea y sus edificios patrimoniales.
En su intervención, Gutiérrez, con formación en restauración de sitios y monumentos y trayectoria reconocida en las Bienales de Arquitectura de Jalisco, partió de una idea sencilla pero contundente: la ciudad también necesita reciclarse.
El arquitecto explicó que así como los niños traen ya el “chip” de la ecología, nosotros debemos incorporar el “chip” del patrimonio.
La metáfora le permitió enlazar la urgencia de una conciencia ambiental con la de un cuidado responsable del entorno construido, en especial de las casas que definen el rostro histórico de Guadalajara.
El arquitecto explicó que así como los niños traen ya el “chip” de la ecología, nosotros debemos incorporar el “chip” del patrimonio.
La metáfora le permitió enlazar la urgencia de una conciencia ambiental con la de un cuidado responsable del entorno construido, en especial de las casas que definen el rostro histórico de Guadalajara.
Expuso una serie de criterios universales que guían cualquier intervención en patrimonio: el nuevo elemento no debe ser protagonista; lo añadido debe distinguirse sin falsificar la historia; toda intervención ha de ser reversible en la medida de lo posible; la autenticidad debe prevalecer; y la compatibilidad de materiales y usos es indispensable.
Estas premisas, adoptadas internacionalmente, orientaron sus decisiones en las obras compartidas.
En la Casa Aranguren, un proyecto de Pedro Castellanos, la estrategia fue conservar la esencia espacial y los valores arquitectónicos, al tiempo que se dotaba al inmueble de un nuevo uso viable: oficinas de alto nivel.
La restauración implicó, por ejemplo, recuperar carpinterías y herrerías originales, consolidar elementos ornamentales y replicar tejas y pisos de pasta de época.
La restauración implicó, por ejemplo, recuperar carpinterías y herrerías originales, consolidar elementos ornamentales y replicar tejas y pisos de pasta de época.
Las inserciones contemporáneas, como una nueva escalera de concreto o la adaptación de la azotea, fueron resueltas con un lenguaje sobrio y claramente distinguible, sin competir con lo preexistente.
En la Casa Rafael Urzúa, otro ícono de la modernidad tapatía, el reto consistió en compatibilizar la autenticidad de los espacios con nuevas funciones.
Subrayó que intervenir casas de autor obliga no sólo a estudiar la historia de la finca, sino también la obra y la sensibilidad del arquitecto que la concibió.
Esa comprensión, abundó, evita caer en imitaciones anacrónicas y abre la posibilidad de un diálogo respetuoso entre pasado y presente.
La conferencia mantuvo un tono pedagógico. Lejos de la retórica solemne, Gutiérrez apeló a la actitud del arquitecto frente a lo heredado: humildad, disciplina técnica y sensibilidad estética.
“Uno llega después”, recordó, enfatizando la necesidad de reconocer que el protagonismo pertenece al inmueble y a su historia, no a quien lo interviene.
“Uno llega después”, recordó, enfatizando la necesidad de reconocer que el protagonismo pertenece al inmueble y a su historia, no a quien lo interviene.
El ciclo Colaboraciones en el Patrimonio Cultural continuará durante septiembre, octubre y noviembre con sesiones dedicadas a distintos casos y enfoques.
Con esta iniciativa, la Secretaría de Cultura de Jalisco y MEG buscan articular un debate intergeneracional y multidisciplinario, convencidos de que el patrimonio no debe quedarse en el pasado, sino incorporarse al presente como recurso vivo de identidad y ciudad.
Con una asistencia nutrida de estudiantes, profesionales y académicos, la charla de Francisco Gutiérrez abrió no sólo un espacio de intercambio, sino también una declaración de principios: el patrimonio edificado de Jalisco requiere estrategias de reuso e inserciones arquitectónicas que lo preserven sin petrificarlo, que lo mantengan vigente sin traicionar su memoria.
Fuente: Gobierno del Estado de Jalisco