El Festival “Tradición Viva 2025” honró el legado de los ancestros con creatividad, color y fe en el Centro Cultural El Refugio.
Bajo el resplandor dorado del cempasúchil y el murmullo de las velas, Tlaquepaque volvió a vestirse de tradición para honrar a sus muertos. Como parte del Festival «Tradición Viva 2025», el Gobierno Municipal celebró la premiación del Concurso de la Muestra de Altares de Muertos, en el histórico Centro Cultural El Refugio, recinto que cada año se transforma en un santuario de memoria colectiva.
La Universidad Enrique Díaz de León obtuvo el primer lugar, con una ofrenda que conjugó el respeto a los símbolos ancestrales con una mirada contemporánea sobre el tránsito entre la vida y la muerte.
Durante la ceremonia, Juan David García Camarena, secretario de Fomento Económico y Cultural, destacó la participación de 22 altares elaborados por la iniciativa privada, instituciones educativas y público en general. Cada uno, dijo, fue «una historia contada con papel picado, pan de muerto y fotografías que laten todavía». Las ofrendas estuvieron abiertas al público del 28 de octubre al 2 de noviembre, tiempo en el que cientos de visitantes recorrieron los pasillos impregnados de copal y recuerdo.
El funcionario recordó que esta muestra cuenta con más de veinte ediciones y es una de las tradiciones más antiguas y queridas del municipio, quizá incluso la semilla del actual Festival de Muertos. «Aquí afirmó, la comunidad no solo recuerda: recrea su identidad con las manos y el corazón».
El jurado valoró la originalidad, el respeto a los elementos tradicionales, la creatividad en los materiales y la coherencia simbólica de cada altar.
El segundo lugar fue para la empresa Tequilas del Señor, y el tercero, para Irma Patricia Arceta González, con su altar «Nuestras Tradiciones», una pieza que evocó el alma sencilla de los pueblos que aún dialogan con sus difuntos.
La bolsa de premios ascendió a 10 mil pesos, distribuidos entre los tres primeros lugares. No obstante, más allá del reconocimiento material, cada participante recibió algo más profundo: la certeza de que el arte puede ser un puente entre los mundos.
Con esta muestra, Tlaquepaque reafirma su compromiso con la preservación de las tradiciones mexicanas, donde la muerte no es ausencia sino presencia luminosa; un recordatorio de que la cultura, como la vida, se renueva cada noviembre entre flores, velas y memoria.
Fuente: Gobierno de San Pedro Tlaquepaque




















